miércoles, 6 de agosto de 2014

Una Provincia de mentira

El evidente camino de negligencia emprendido por la gobernación de la provincia de Buenos Aires mostró en las últimas semanas su cara más recrudecida; situación que además puso en evidencia la reactivación de obras públicas de su incumbencia, emprendidas por los municipios, con fondos propios, a pesar de lo que los contratos prometían.
El Municipio de Merlo se vio obligado, ante los permanentes reclamos de los vecinos, a tomar para sí la responsabilidad de retomar las tareas de reacondicionamiento, limpieza, desbarro, incorporación de tosca, compactación, nivelación de banquina y cuneta, trabajos que formaban parte de la reparación de la Ruta 1003, con obras licitadas por la Dirección de Vialidad del Ministerio de Infraestructura Provincial, desde 2011, contrato que fue abandonado mientras la Provincia “sigue activa”.
La “activación” también toca el Río Reconquista, donde el mantenimiento queda exclusivamente a cargo del gobierno municipal. Allí, personal especializado dependiente de la Secretaría de Obras y Servicios Públicos realiza periódicamente trabajos de limpieza y mantenimiento para facilitar el funcionamiento de la red de alcantarillado pluvial dispuesta en los canales de desagües, sin lo cual, las zonas linderas se verían afectadas por las repetidas inundaciones y hedores que emana el río, tema que a la “Provincia Activa” parece no importarle.
Quizá la respuesta más concreta se recibió días atrás, cuando el Secretario de Obras y Servicios Públicos de Merlo se comunicó con Alejandro Arlía, Ministro de Infraestructura provincial, para reclamar por el deterioro del puente del Arroyo Torres y las vías del ramal Merlo-Lobos, que habían provocado el día anterior un desmoronamiento en las vías del citado trayecto. Incluso contemplando que el presupuesto provincial del año 2012 incluía la ejecución de las obras correspondientes, reclamadas por el Municipio desde 2008, y en pleno conocimiento de tales compromisos, la retórica agraviante del Ministro no mostró respeto alguno por los deberes asumidos y, peor aun, defendió su posición con insultos hacia el funcionario local y el ejecutivo que representa.

“Sos un botón”, increpó Arlía, ante el planteo de peligrosidad que implica la falta de mantención en este ramal. Esta fue su sola defensa y explicación (además de irreproducibles insultos). Muy “activo” en su discurso, el representante de Provincia mostró una actitud que la Gobernación viene demostrando de las más diversas formas: la de olvidar y posponer toda clase de compromiso y “vender” un crecimiento en obras que, día a día, relata la fábula mejor contada de los últimos años.