Confundir a la gente no es la mejor opción, más
si hablamos de política.
Los militantes de Grande Merlo, espacio
liderado por el tristemente conocido y multiprocesado Gustavo Menéndez, viven
por estos días una suerte de desconcierto acerca del destino político que les
espera. Con un líder indeciso, escudado en su relación con los vecinos
merlenses para no definir su ideología política (en caso de que la hubiera).
“No es un momento de alineación política”,
asegura un dubitativo Menéndez que no logra definir la cara que deberá mostrar.
Al margen de asumir que “Por supuesto que tengo amigos dentro de todo el arco
político”, lo cual abre mucho más la brecha y desconcierta a los seguidores que
creían hasta hace un par de semanas ser massistas.
“Elegimos decir no al massismo”, dijo Menéndez,
a pesar de los rumores que hablan de un alejamiento de Massa, producto de las
múltiples causas que lleva a cuestas el Concejal.
Sin embargo, así es “Mochila” Menéndez, apodo
que supo ganarse luego de innumerable cantidad de citaciones por parte de la
justicia, que por otra parte eludió desde 2009 y hasta el momento. Sus
“contactos” no piden coherencia ni cohesión ente sí, pueden provenir de todas
las fuerzas, estratos o sectores. Tal es el caso de punteros malvivientes como
Jorge Lahíte, quien cuenta en su haber con numerosas causas por tenencia y
tráfico de drogas, pleitos y contravenciones, hasta conocidos barrabravas como
Dante Zalazar. Tampoco hubo recatos a la hora de las triangulaciones desde el gobierno
de Mauricio Macri (fuerza opositora a la que lo respaldaba hasta hace semanas)
y, al mismo tiempo, el apoyo que el mismo Massa le proporcionaba desde su
Frente Renovador; si revisamos la trayectoria de este personaje que hoy se
presenta como alternativa en el Consejo Deliberante y no dejamos pasar el caso
que lo llevó hasta la justicia (hasta el día de la fecha) por malversación de
fondos públicos en el Casino Central de Mar del Plata, causa Nº 18343 (Sala I
de la Cámara
de Apelación y Garantías) y causa Nº 45584 (Sala III del Tribunal de Casación
Penal); si unimos cabos, entre los “amigos” acomodados en puestos inexistentes,
que cobran sueldos sin trabajar; no podremos asombrarnos ante las versiones que
afirman que el mencionado “Mochila” Menéndez ha promovido un comercio interno
en la ciudad donde representa a una minoría, favorecido por sus contactos con
el mundo del narcotráfico.
No olvidemos por supuesto que este personaje
aprendió a hacer política con el actual intendente Othacehé, al cual traicionó
y que hoy postula como “lo peor de Merlo”, siendo que fue el primero en darle
la oportunidad de conocer el mundo de la política. En la lista podríamos sumar
a represores como Jesús Cariglino, intendente de Malvinas Argentinas, localidad
que habita, e innumerable cantidad de personajes que poco tinen que ver ente
sí, pero que definen a un funcionario sin márgenes trazados y que, cuál arma
sin seguro, nadie sabe en qué momento podría dispararse, ni para qué lado.
Mientras tanto, sus militantes aguardan ansiosos
que pare la veleta. Nadie sabe donde se parará políticamente, aunque sí sabemos
que en cualquier lado sabrá sacarle ventaja.